Társilo Piles: "¿Soriano? Una persona capaz de mentir hasta el final es muy peligrosa"


-Su primera etapa en el Valencia coincidió con la decadencia del solerismo. ¿ El retorno al club, primero como consejero y ahora también al frente de la Fundación, es una oportunidad de revancha?
-Yo entré en el Valencia invitado por Juan Soler. Lo conozco de toda la vida y siempre hemos tenido buena relación. Pero aquella fue una etapa complicada, en efecto. En ese mandato, Juan dimitió como presidente. Ahora me han vuelto a invitar a que participe y no me lo he pensado. Entonces fue un capricho, pero en este momento me encuentro ante un reto.


-¿Por qué en cinco años el Valencia ha pasado de ser el mejor club del mundo a una suspensión de pagos y una ampliación de capital?
-El club ha estado cinco o seis años aprobando presupuestos con un déficit de salida de 30 millones de euros, basados en los estudios de rentabilidad del futuro estadio. Se decía: «Nos podemos permitir este lujo para seguir en la Champions, porque luego recuperaremos el dinero perdido». Pero aquellos cálculos fallaron y nos condujeron a esta situación. Lo único que se puede decir es: «¿Cómo esos tíos han estado aprobando presupuestos con un déficit de salida?» Yo, el año que estuve, también lo hice y no me quito responsabilidad.


-¿Admite, por tanto, que el Valencia cometió un grave error de cálculo con el nuevo estadio?
-No. Yo creo que el estadio es un proyecto importante para la ciudad. Había la oportunidad de hacer un campo emblemático y generar ingresos. Lo que pasa es que la situación financiera se ha caído de golpe. De retrasarse la crisis un año, a Juan Soler le habría cambiado todo. Hubiera vendido las parcelas por 400 o 450 millones. Se hubiese gastado 300 en el estadio y aún sobrarían al menos 100. Ahora estaríamos comenzando la temporada con un campo espectacular, con el club realmente equilibrado, con un presupuesto importante y un equipo potente. Lo que pasa es que en un año ha ido todo por el aire.


-¿Se pecó de prepotencia en el proyecto al renunciar a la sociedad mixta o diseñar un estadio por encima de las posibilidades del club?
-Yo no hablaría de prepotencia, sino de ambición. Uno siempre quiere ir a lo máximo. A mí me pareció bien en su momento que se rechazase la sociedad mixta con las administraciones, porque implicaba la pérdida de activos. Lo importante era ser propietario del suelo. Si vendes un suelo y no compras otro, mal negocio.


-¿Cuándo retomarán las obras del nuevo estadio?
-Lo prioritario en este momento es cubrir la ampliación, salvar al Valencia. Inmediatamente después será el momento de ponernos a buscar la financiación necesaria para reanudar los trabajos. Sin que esto sea exacto, creo que antes de fin de año habrá una solución.-Por su trayectoria y sus relaciones personales, usted tiene un marcado perfil político, institucional.


-¿Qué lectura debemos hacer de su llegada a la presidencia de la Fundación? ¿Es el hombre de confianza de las administraciones, de las entidades financieras?
-Sencillamente nos pareció importante que la Fundación estuviera presidida por un miembro del consejo, para que la comunicación se hiciera más fluida, y se decidió que esa persona fuera yo.


-¿Pero no le parece que allana más el camino, de cara a los retos que se avecinan, el hecho de que usted sea una persona bien relacionada con las instituciones?
-No sé si el consejo valoró ese aspecto a la hora de proponerme. Yo, desde luego, me llevo bien con las entidades financieras, que han ayudado muchísimo al club. De no ser por ellas, estaríamos mucho más muertos de lo que estamos. Hay que reconocer que gracias a Bancaja el Valencia ha podido aguantar y estar todavía de pie. Eso sólo lo puede hacer una entidad financiera valenciana, porque un banco nacional no te va a ayudar. Pero Bancaja ha hecho un esfuerzo importantísimo con el Valencia y eso hay que reconocerlo.


-Usted fue un hombre de Soler y ahora se enfrenta a sus intereses: miembro de un consejo que planta cara a Dalport, impulsor de una ampliación de capital que erosiona su poder accionarial...
-(Sonríe) Yo no soy hombre de nadie, soy Társilo Piles, un tío muy independiente.-

-Pero no olvide que usted llegó al Valencia de la mano de Soler.
-Sí, y además soy muy amigo suyo, pero no siento que le esté traicionando. Lo prioritario es defender los intereses del club, por lo menos para mí. No voy contra nadie. Este proyecto me ha ilusionado porque me gustan los retos un poco complicados. Siempre haré lo que crea que debo hacer, al margen de mis amistades personales.


-¿Qué virtud destaca de Llorente que no tuvieran Soler y Soriano?
-Manolo es muy pragmático. Además, ya ha estado varios años en el club, con responsabilidad directa en la gestión. Conoce muchísimo el Valencia y errores que a lo mejor cometió anteriormente ahora seguro que no los repite. Lo mismo que le ocurriría a Juan (Soler) si volviese, porque la gente aprende todos los días.


-Desde un punto de vista ético, ¿le parece justo que Soler pueda recuperar lo que invirtió después de dejar al club en una situación dramática?
-Las acciones del Valencia tienen un valor nominal y Juan de aquí no se ha llevado ni un duro, sino que esto le ha costado muchísimo dinero. Se puede haber equivocado, pero sin intencionalidad. Es el primer presidente en muchos años que ha puesto dinero de su bolsillo y garantías personales para hacer funcionar el club. Si tú has comprado unas acciones y hay otro que te las quiere pagar, pues que las pague. Pero yo tengo dudas de que sea viable esto que han planteado ahora. Es más, no me lo creo. No me creo que eso se vaya a hacer.


-Pues a ello vamos. Le veo convencido de que Dalport es un bluf.
-Sí, desde el primer día. Es que me da mucha risa. Esto no va a acabar bien para ellos. Cuando Soriano inició su etapa de presidente, Zorío chupaba cámara hasta con el papelito aquel de la asamblea (se refiere al documento que contemplaba una supuesta opción de compra sobre las parcelas de Mestalla). Enseñaron un papelito que es mentira y se atrevieron los dos a mentir a la asamblea. Eso es muy duro y habla de la calaña de la gente que nos representaba en ese momento. Luego, cuando todo el mundo ya empezó a decir que era mentira y que estaban engañando a todo un club, una afición y una ciudad, Zorío se escondió hasta que lo tiraron. Ahora, lo mismo. El día en que Soriano va representando a Dalport, el que está en el escenario diciendo «tú sí, tú no, tú hablas, tú no hablas» es Zorío. Ahora que ha visto que esto es un bluf se vuelve a esconder, desaparece.


-Suponiendo que Dalport dé señales de vida, ¿sería viable un Valencia gobernado con mando a distancia desde Uruguay?
-No. Eso es imposible. Piden paralizar la ampliación de capital pero no dan alternativa, porque lo de vender las parcelas de Mestalla más el terciario por 500 millones de euros ya nos da risa a todo el mundo. Te lo cuentan y te ríes. No se puede tomar el pelo a la gente con tal magnitud de engaño y de reiteración durante un año. Ahora vuelve con la misma historia. Ha estado engañando un año entero a la afición del Valencia.


-Le veo muy crítico con Vicente Soriano.
-Yo no puedo enjuiciarlo por conocimiento, porque nunca he hablado con este señor y no sé qué piensa. Yo puedo valorar de Soriano lo que ha estado haciendo públicamente. Su año en el Valencia ha sido nefasto. Se habla de la época de Soler pero nadie dice que Soriano, el año pasado, generó un déficit de 78 millones de euros. Es una fortuna, más de lo que ha costado Kaká, y sin hacer ningún fichaje extraordinario, sin haber sido capaz de meter al equipo en Champions. Es dinero tirado. Después está la mentira reiterada a la afición, socios, sociedad e instituciones. Una persona capaz de mentir el primer día y mantener la mentira hasta el final es muy peligrosa, porque no sabes qué va a hacer. Cuando dice cualquier cosa no es creíble.


-¿A Soriano le han engañado?
-No. A uno se le engaña si se deja engañar. Si se deja engañar, él sabrá por qué.


-¿Entiende el papel gregario que ha ejercido Vicente Silla?
-A mí Vicente Silla me ha decepcionado muchísimo. Ha primado sus intereses económicos sobre los del club, defendiendo las plusvalías de unas acciones. Creía que era una persona muy seria, pero ahora no tengo la misma opinión. No puede hacer lo que ha hecho. Hubo un movimiento en el propio consejo para relevar a Soriano de presidente y él medió para que no se cambiara. Por lo tanto, es responsable de la catástrofe. Después de siete meses reiteradamente engañando, al final te plantas. Hablamos de un tema tan trascendente como aprobar un presupuesto a partir de unos ingresos que son falsos. Es algo muy gordo.


«Los empresarios que apoyarán la ampliación son valencianos»


–Miremos hacia el futuro. ¿La Fundación está llamada a ser el máximo accionista del club?

–No lo sé. La primera decisión que ha tomado la asamblea de la Fundación, yme parece fenomenal, es ceder los derechos de sus acciones a la Agrupación de Peñas, ya que en este momento no tenemos recursos propios para ir a la ampliación y suscribir. Así ayudamos a la gente que carece de acciones y desea participar. Me parece un gesto muy importante, como también lo es el de las personalidades públicas de Valencia que nos están apoyando. Este es un movimiento que se ha gestado en muy poco tiempo, cuando la gente se ha dado cuenta del bluf de Soriano y Dalport. También hay empresarios que están interesados en participar en esta ampliación y así lo comunican al club. No es gente que quiera figurar en el consejo o tener poder. Al contrario. Sólo desean consolidar el futuro del Valencia.


–Esos empresarios que aguardan en la sombra, cuya estrategia desveló LAS PROVINCIAS, son la mayor garantía de que la ampliación se cubrirá...

–Bueno, realmente eso es algo que nadie tiene garantizado, pero al menos su iniciativa nos permite confiar en que así será. Aunque una garantía al cien por cien...


–¿La idea es que esos empresarios sindiquen a la Fundación sus acciones después de adquirirlas?
–Y nosotros, encantados de colaborar con ellos. De momento lo que hay es gente que llama al club, al presidente, a consejeros, diciendo que quiere estar, pero sin aspirar luego a un cargo. Lo normal es que personas así sindiquen sus títulos.


–¿Puede desvelar el nombre de alguno de estos capitalistas que apoyarán la ampliación?
–Me va a permitir que no lo haga.


–¿Son valencianos?
–Sí, sí, lo son.


–Sólo desde la perspectiva de esta maniobra que se prepara a partir del 22 de agosto se puede entender el optimismo del consejo. Llevan cubiertos cerca de siete millones en la ampliación, pero aún faltan 85 más.

–Claro. Y no olvidemos que además hay muchos abonados que no son accionistas y quieren suscribir pero no pueden. Toda esta gente espera a la segunda ronda para incorporarse. Hay que invitar a la gente a participar. Esta ampliación de capital, que planteó Soriano aunque luego no quiso que continuase, es muy buena. Con la crítica situación financiera actual, no hay otra forma de que entre dinero en un club. Además, dará la oportunidad de que no haya accionistas con paquetes gordos. Será difícil que alguien llegue con 50 millones, que Soler ponga sus 37, o Soriano los 15 o 20 que tendría que meter...


–Si esos empresarios valencianos que permanecen en el anonimato, a la espera de las próximas fases de la ampliación de capital, acaban sindicando las acciones a la Fundación, el papel de esta entidad cambiará radicalmente. ¿Considera que ha sido hasta ahora demasiado residual, casi irrelevante en el día a día del club?
–En la vida hay que ir quemando etapas. Es cierto que en estos últimos años se ha hecho mucho más que antes, y esperamos que en el futuro la Fundación siga creciendo. Quiero que sea capaz de estructurarse con la sociedad civil, que la gente sienta el Valencia como algo suyo. Vamos a tratar de impulsar actividades culturales. Pero debemos reconocer que la labor desarrollada en la anterior etapa ha sido importante, sobre todo con el fútbol base.


(Entrevista publicada en LAS PROVINCIAS el 10 de agosto de 2009)