Una afrenta para la historia

Humillaciones como la sufrida ayer en Mestalla arruinan una temporada. Ahogan la ilusión que generaron la manita al Villarreal o el estallido goleador de Soldado. Cuestionan la implicación de una plantilla que volvió a lucir ese raído sudario de indolencia que ingenuamente creíamos abandonado en algún perchero de La Romareda. Extienden una alfombra roja entre Emery y la silla eléctrica, dejando con cara de bobos a quienes defendemos la viabilidad del sistema. Avalan los titubeos de Llorente, tan carentes de sentido si se interpretan desde la lógica como sensatos cuando la lectura emana de las tripas. Esas que ayer se nos revolvían al ver el pasillo al Madrid, una menudencia a tenor de la vergüenza que se avecinaba.

El Valencia dejó escapar el tren de la ilusión. Enterró el señuelo para una afición que no anda precisamente sobrada de estímulos. Este equipo podrá ser tercero en la Liga, pero carece ya de fuerza moral para reivindicar el cariño de la grada. El ridículo ante el Real Madrid forma parte de la leyenda negra. Es historia por la contundencia del marcador y lastre emocional si se le añade la forma en que se perpetró la afrenta; la superioridad de un adversario cuyos suplentes no hicieron más goles porque no los necesitaron y que se permitió el lujo de dar vidilla al desahuciado equipo de Emery en los minutos de la basura.

El bochornoso espectáculo blanquinegro ahoga toda excusa, incluso una evidencia tan innegable como el desequilibrio que brota de cada poro de este torneo entre dos terratenientes y dieciocho desharrapados. Mourinho, plañidera cuyas lágrimas han anegado tantas salas de prensa, puede alinear a nueve reservas en Mestalla y presentar un equipo sólido, lleno de jugadores que serían titulares en cualquier rival, por ejemplo el Valencia. Pero eso que nos lo cuenten otro día. Tras lo de ayer suena a milonga facilona, vacuo argumento para enmascarar la lamentable actitud de un vestuario cuyas escamas ya ni traspasan las otrora temidas llorentinas.

(Artículo publicado en LAS PROVINCIAS el 23 de abril de 2011)