Amedeo Carboni: "No me gusta llorar ni quejarme de que falta esto o lo otro, sino buscar soluciones"

Las bajas aumentan, Quique pide fichajes y usted no se los da. ¿Cómo lo lleva el técnico?No se trata de reforzar o no la plantilla, sino de dar una oportunidad a los futbolistas que no han jugado. Yo entiendo muy bien al entrenados, que está preocupado, al igual que lo estoy yo. Vengo de un vestuario y sé lo que es eso. Pero también hay un límite, una filosofía de club. Tenemos 25 jugadores en plantilla, más cuatro chavales inscritos en la Champions League. Sinceramente, creo que con eso puede bastar. Además, si ficháramos a alguien parecería que los que hay en estos momentos no valen. Sería extraño.Usted asume la responsabilidad de no fichar, pero en realidad es una decisión del consejo, basada tanto en criterios filosóficos como económicos. ¿Siente que le toca ser el malo de la película?Me limito a defender la filosofía que queremos implantar en el Valencia. No quiere decir que renunciemos de forma absoluta a fichar. Entendemos que es una situación límite y si esto empeora tendríamos que plantearnos algo. Pero ahora mismo es hora de hacer piña, de estar unidos ante una urgencia. Y sé que el entrenador también confía en la gente que tiene en la plantilla.Pero entenderá que, con el equipo herido por las bajas, no resulta muy popular cerrar el grifo.A la hora de ir a por un futbolista no sólo se mira si es bueno. Hay que fijarse en lo que cuesta, en si tiene buen carácter... Y en este momento fichar es complicado. Sobre todo encontrar futbolistas que estén a la altura del Valencia. La mayoría ya han jugado la Champions y cuando sus clubes de origen nos vieran venir seguro que especularían (sonríe).De sus palabras deduzco que no ve a Mariano Pernía como un jugador a la altura del Valencia.No digo eso, simplemente que pedir futbolistas ahora es complicado. Incluso pensando en el respeto a esos mismos jugadores que podrían venir. Imagine que hoy ficho a alguien y en dos o tres meses vuelven los lesionados. ¿Qué hacemos? ¿A quién tiramos? Tampoco sería correcto. Hay muchas cosas a tener en cuenta. Entiendo al entrenador, y yo también quiero hacer el equipo más grande del mundo, pero no se puede fichar por fichar.Sí, pero como los resultados no acompañen...Recuerde el caso de Benítez. Cuando se lesionó Curro Torres jugó Garrido más de 20 partidos y lo hizo fenomenal. Si estando todo el mundo bien decidimos apostar por la cantera, ahora que la necesitamos no podemos dar marcha atrás. Eso tampoco quiere decir que debamos dar demasiada responsabilidad a los jóvenes, no me parecería justo. Pero si están inscritos en la lista de la Champions, ¿ahora que tienen que jugar ya no valen? Hay que entender la postura del club. Es la misma que aplican grandes entidades como el Arsenal o el Manchester. El mismo Barça juega con gente muy joven. ¿Por qué nosotros no?¿Cuántas lesiones hacen falta para que varíe el planteamiento?El planteamiento es este ahora, aunque vivimos una situación límite. Por eso no me molesta que el entrenador diga que necesita refuerzos. Lo entiendo, aunque una vez que el club y la dirección técnica han dicho que no se va a fichar todos debemos ir por el mismo camino.¿Las puertas a los fichajes están cerradas también para diciembre?Las puertas nunca se pueden cerrar, ni para vender ni para fichar.Usted acaba de lamentar, en la rueda de prensa previa a esta entrevista, que Quique no lave los trapos sucios en casa.No, yo no he querido decir eso. Pero sí es verdad que cuando uno tiene que manifestar algo que va un poquito fuera de la regla es mejor que lo diga en casa. Estamos preocupados todos, aunque hay una filosofía que todo el mundo debe respetar y si cada uno va a su bola...Lo que parece claro es que Quique maneja el timón y no está plenamente convencido del rumbo elegido para superar tanto escollo. ¿Afectará eso al equipo?¿Usted cree que yo tengo la certeza absoluta de que todo irá bien, de que Moretti, Del Horno o Baraja volverán? Yo estoy preocupado, como todos, porque no es normal ver tantas y tan graves lesiones.Para el lateral izquierdo se puede recurrir a Cerra, o cambiar de banda a Curro o a Miguel. ¿Qué alternativa le convence más o, permítame, le preocupa menos? No es mi tema. Nunca el club le dirá al entrenador quién debe jugar.¿No le parece que la baja de Albelda es demasiado profunda para que la cubra Pallardó?Tenemos a Pallardó, pero también a Hugo Viana, que cuando juega demuestra que puede estar en esta plantilla. Ha vuelto Edu y volverá Baraja. Creo que nos podemos apañar. No es la mejor condición, y soy el primero que lo admite, pero aquí no tenemos titulares y suplentes. Los 25 que hay pueden jugar. Lo pienso yo, el club y el propio entrenador, que es quien los eligió.Además de un portero, Quique pedía este verano un central y un relevo para Albelda. ¿Le ha dado el tiempo la razón?¿Un portero? ¿Para qué? Somos el único equipo de Primera con tres guardametas.Mora no convence a Quique.Está Butelle, y si él lesiona ahora tenemos a Mora. Y el día en que haya dos porteros habrá que subir al del filial. Si no, para qué tenemos la escuela. Seamos serios.Qué bien vendría ahora Caneira.Ya, pero nadie puede predecir el futuro. A mí no me gusta llorar ni quejarme de que falta esto o lo otro, sino buscar soluciones.Pues si llegan a vender a Marchena o a David Navarro en verano...Ya. No es común que haya tantas lesiones. El porqué es lo que tenemos que averiguar bien.¿Tiene alguna teoría?No (ríe). No la tengo.¿Qué sintió cuando llegó a sus oídos que Tavano se borró del equipo exagerando una lesión?Que era una mentira, pero no podemos comentar todas las mentiras que se escriben.¿Considera que aún es posible que el italiano triunfe a pesar de su falta de adaptación y del entorno negativo que le persigue?Si le digo que tenemos ofertas de equipos no importantes, sino superimportantes, por Tavano y les hemos dicho que lo queremos ver primero aquí. Eso demuestra que el chico tiene mucho nombre fuera de aquí y también en España.Deme nombres.No puedo, por respeto. Pero son clubes de primerísimo nivel.Y ahora él debe ganarse el derecho a que no lo vendan...Nadie va a vender a nadie. Queremos que Tavano demuestre que no nos equivocamos al ficharlo, y en caso contrario ya nos plantearíamos de otra forma el futuro. Esperamos que haga en el Valencia lo que ha hecho hasta ahora en Italia.Sea sincero. ¿Se equivocó con el fichaje de Del Horno?A lo mejor habría pagado menos por él, pero si me hubieran dicho que no jugaría hasta diciembre o enero también lo habría fichado. Es el mejor lateral izquierdo español. Ahora bien, lo que ha pasado con él debe servirnos de lección y cuando contratemos a alguien con algún tipo de problema debemos averiguar más sobre su estado. Y eso que esta vez estudiamos mucho el caso.Suena a mea culpa.Los que vieron a Del Horno cuando lo fichamos son los mismos que lo han operado. Ha habido mucha mala suerte, porque existía un 90% de posibilidades de que la lesión evolucionara como todos deseábamos.Ayala y Cañizares prefieren negociar con Soler a hacerlo con usted. ¿Debe el presidente negarse?No. ¿Por qué?Pues porque negociar es competencia del director deportivo.¿Qué problema hay? Seamos democráticos. Yo soy un empleado más y presidente sólo hay uno. Yo siempre doy mi opinión, pero la decisión final es suya.Y opina que deben renovar.Primero hay que ver lo que quieren ellos, pero a nivel deportivo, viendo cómo están jugando, creo que merecen seguir en el Valencia por lo menos otro año más. Y a lo mejor alguno jugará dos.¿Siente que a muchos de los que hasta hace poco fueron sus compañeros de vestuario no les hace gracia tenerlo como jefe?No, al contrario. Con la gente que hablo noto cariño, aunque no estoy 24 horas con ellos.¿Tiene Quique crédito ilimitado?No es una pregunta para responder.Se ha hablado mucho de su relacion con el entrenador. Defínala.(Sonríe). Es normal, con opiniones que no coinciden y otras que sí. Pero los dos tenemos claro que vamos a hacer un Valencia grande. Y en la mayoría de casos coincidimos, como al confeccionar la plantilla.Pues menudo recado le ha enviado con lo de que quien se quiera bajar del barco puede hacerlo.No contesto a una pregunta así.Pero es un mensaje directo a él.No me refería a nadie en concreto. Simplemente he querido decir que si alguien tiene miedo se le puede decir que no suba al barco. ¿Por qué se empeñan en buscar segundos fines en las palabras? Hay que cambiar esta mentalidad. Cuando tengo que decirle algo a alguien se lo digo.Los 10 millones que ofrece el Newcastle por Navarro son un caramelo. Lástima renunciar a esa inyección económica por las bajas.Navarro habría sido imprescindible también hace dos meses. Es un gran futbolista y se siente valencianista, lo que hace que siempre dé algo más. Si alguien quiere a un jugador con el que cuenta el Valencia sólo tiene un camino: pagar la cláusula y convencerlo para que se vaya.¿Debería Butelle haberse ido cedido para completar su formación?El pasado ya no sirve de nada. Hay que pensar en el presente y, si podemos, en el futuro.Si llega usted a jugar un año más, ahora sería titular fijo.Bueno, la temporada es larga.Igual en tal caso Quique tendría menos reparos a la hora de alinear a Cerra...(Sonríe, pero no responde).¿Ha visto la maqueta del estadio?Pues no.Tendrá ganas de hacerlo.Estoy muy intrigado por lo bonito que será, es cierto.Usted presume de aislarse de las críticas, pero ¿no siente que en torno a su figura hay un ejército de fiscales desde el primer día?Es normal que a todo el mundo no le caigas bien, y si las acusaciones se quedan en el ámbito deportivo las acepto. Pero cuando alguien pasa a otros terrenos demuestra su nivel como persona. Y yo me alegro de no ser amigo de esas personas. Siempre es bueno conocer a tu enemigo. - "Entiendo al entrenador y yo también quiero hacer el equipo más grande del mundo, pero no se puede fichar por fichar"

Un club, tres nombres y mucho maquillaje

Juan Soler ha construido el más ambicioso de sus proyectos deportivos. Una insospechada macroinversión de 46 millones de euros, con el fichaje de un talento como Joaquín y de jugadores de la rentabilidad de Morientes o Del Horno, invita a pensar que este Valencia por fin retomará la senda del éxito.

Las dudas, sin embargo, persisten. Son inherentes a este club y están más que justificadas. Soler no ha logrado desvanecer la catastrófica sensación de que su edificio se asienta sobre arenas movedizas, que tiene cimientos de plastilina. El constructor dispone de nueve meses de competición para demostrar que no es así.

El club vive inmerso en una continua convulsión. Es la asignatura pendiente del presidente, sólo resistible mientras no se contagie al terreno de juego. El futuro del equipo se encuentra en manos de tres hombres, Soler, Carboni y Quique, cuyas relaciones se agrietan paulatinamente. De momento, entre los dos primeros y el tercero. Todo lo que se haga para evitar el divorcio es pura cosmética. Maquillaje. Las arrugas se van disimulando, pero están ahí.

El dirigente destituyó a Javier Subirats porque apostaba firmemente por el entrenador madrileño, su hombre de confianza, el técnico que encarnaba las virtudes del añorado Rafa Benítez. En definitiva, Soler admiraba su sensatez y aptitud. Apenas han transcurrido cuatro meses desde aquello, pero ahora la situación de Quique Sánchez Flores es bien distinta. El futuro del técnico se encuentra ya sujeto exclusivamente a la arbitrariedad de los resultados. De ellos y de su capacidad para no pisar más charcos depende que continúe al frente del equipo. Y sólo han pasado cuatro meses...

El intenso idilio entre técnico y presidente comenzó a tambalearse durante las negociaciones para renovar el contrato del primero. Quique se sintió fuerte, tenía motivos para ello, y reclamó un proyecto duradero, permanecer al menos dos años más ligado al club y un sustancial aumento de sus ingresos. Al final hubo boda, pero sin beso. El tira y afloja, inesperado por Soler, erosionó su confianza en el madrileño, aunque por primera vez sacó la polvera y disimuló el conflicto.

El verano no ha hecho más que empeorar la situación del técnico en el club. La explicación hay que buscarla al otro lado del ring, perdón, de las instalaciones de Paterna, donde se encuentra Carboni.

Soler vio en el italiano la antítesis de Subirats: irreprochable imagen ante los medios de comunicación, capacidad de trabajo, dotes de seducción esenciales a la hora de negociar, contactos en el Calcio... Obvió su evidente falta de experiencia y le entregó la dirección deportiva del Valencia, confiado en que Eduardo Maciá, entonces miembro de la secretaría técnica blanquinegra, sería el impagable lazarillo en su necesario proceso de adaptación al cargo. Pero el joven técnico se cansó de bailar la yenca. Hoy le decían que debía rastrear el mercado en busca de refuerzos y mañana le insinuaban que su futuro estaba ligado a la cantera. Se hartó y emigró a Liverpool, dejando al de Arezzo sólo ante el peligro.

No lo ha tenido nada fácil Carboni. Desde el primer día se ha encontrado con una corriente crítica empecinada en airear sus lagunas, detractores que jugaban con las cartas marcadas y sabían que el italiano, partiendo de cero con el mercado en plena ebullición, tenía todas las de perder.

Pero el principal riesgo de dejar la confección de la plantilla en manos de Carboni estaba más vinculado a su condición de ex jugador que a su evidente falta de currículo. El destino era caprichoso. Si en mayo Amedeo lamentaba que Quique le condujera a la jubilación forzosa, en junio se convertía en jefe del madrileño. Y además tenía la responsabilidad de decidir el futuro de sus recientes compañeros de vestuario. De todos. De aquellos con los que se llevaba bien y también de los que mantenían con él una relación poco cordial.

Todo esto deja sus secuelas. Las colisiones con el entrenador han sido permanentes. Si este le pedía a Luis García, aquel le traía a Tavano. Si reclamaba un relevo para Albelda y un defensa central, le daba a Ayala. ¿Pero ese no estaba ya?, debió de pensar Quique. A la inversa, más de lo mismo. Cuando Carboni negociaba con Mancini, el entrenador desacreditaba en público al brasileño, y si el director deportivo hacía el milagro de ficharle a Joaquín, por fin un hombre de consenso, entonces el madrileño lamentaba la pérdida de Regueiro, a quien por otro lado hace un año apenas dio bola. De locos.

Soler tuvo que recurrir de nuevo a la cosmética. Se encerró con los dos técnicos, les exigió un armisticio y volvió a airear la polvera. Más maquillaje: que si sólo se trataba de un contraste de opiniones, que si toda diferencia de planteamientos ayuda al club a crecer...

No sería la última vez que lo hiciera en un convulso verano. Ayala desató un nuevo terremoto al llamar mentirosos a presidente y director deportivo y acusar al Valencia de maltratarle. Otro lunar en el expediente de Carboni, que desató el conflicto al retirar al argentino la oferta verbal de renovación que el presidente le formuló en un aeropuerto. Y otro lunar también para el central, quien no aceptó luego la marcha atrás del director deportivo, seducido ya por los cantos de sirena que le llegaban desde Villarreal. La situación se hizo insostenible hasta que Soler recurrió por enésima vez a su milagroso maletín. Sombra aquí, sombra allá, y apretón de manos en una foto tan forzada como necesaria para la estabilidad del equipo.

El futuro, pese a todo, se presenta esperanzador. En ocasiones el presidente parece poseer el don divino de escribir recto con renglones torcidos. Contra todo pronóstico, tras una desquiciante pretemporada de reproches internos y negociaciones con futbolistas frustradas, el Valencia ha conseguido confeccionar una plantilla de mucho nivel.

Hay lagunas, las que lamentó Quique en defensa y en la medular, pero la redención de Ayala contribuye a aliviarlas. Y del centro del campo hacia arriba, el técnico cuenta con un equipo de fábula. Gavilán será un acicate para el resucitado Vicente en la izquierda, Joaquín debe reencontrarse consigo mismo en la derecha y Morientes y Villa están llamados a romper los marcadores, con Silva capacitado para jugar, y exhibirse, en cualquier posición del ataque. Sobre la pizarra, todo perfecto. Ahora falta que nada se tuerza entre bastidores. No conviene abusar del maquillaje. Ya se sabe que en la mayoría de ocasiones el algodón no engaña.


(Artículo publicado en LAS PROVINCIAS el 11 de septiembre de 2006)

El Valencia se pone al nivel de los ricos de Europa y revienta el mercado con Joaquín

El Valencia reventó el mercado cuando nadie lo podía imaginar. Pagó 25 millones de euros, una cantidad sólo al alcance de grandes derrochadores como el Real Madrid, y trajo a Mestalla a un interior diestro de campanillas, Joaquín Sánchez. Hace unos meses el gaditano había llegado a un acuerdo con José Antonio Camacho para recalar en el Bernabéu en caso de que Juan Palacios ganara las elecciones merengues. Ahora correrá por la banda izquierda de Mestalla.

Fue la operación estelar del Valencia 2006-07, el fichaje más caro en la historia del club, por encima del de Pablo Aimar, y el segundo más espectacular del verano español, sólo superado por Diarra, madridista a cambio de 26 millones.

Si su rendimiento se ajusta a las expectativas generadas, el de Puerto de Santa María puede acabar siendo más económico que Francesco Tavano. Goleador semidesconocido en el Calcio, el italiano costó nueve millones y se ha convertido en la apuesta personal de Amedeo Carboni, como David Villa lo fue de Javier Subirats. En este caso el riesgo es mayor y el porcentaje de éxito o fracaso, también.

Menos dudas despiertan las incorporaciones de Fernando Morientes y Asier del Horno. El extremeño, por el que se ha pagado 5'5 millones, garantiza compromiso y conoce a la perfección el fútbol español. El vasco, comprado al Chelsea por siete millones, es un baluarte defensivo por el que suspiraba el Real Madrid hasta que cayó en los largos tentáculos de Abramovich.

David Silva y Jaime Gavilán completan el capítulo de refuerzos, al que el Valencia ha destinado más de 46 millones, frente a los 20 ingresados por la venta de jugadores, sobre todo Aimar y Mista.

(Artículo publicado en LAS PROVINCIAS el 11 de septiembre de 2006)









(Artículo publicado en LAS PROVINCIAS el 11 de septiembre de 2006)

La Fórmula Uno apuesta por un circuito urbano en Valencia para el Mundial 2008

Cuando Francisco Camps y Bernie Ecclestone estrecharon sus manos el pasado 8 de abril sobre el asfalto del circuito de Cheste, probablemente se guiñaron también un ojo, conscientes de que guardaban un secreto que dejaría boquiabierto al mundo del motor. Y cuando, hace apenas una semana, Michel Bonnefous comparó en LAS PROVINCIAS la dársena valenciana con Mónaco, no sabía hasta qué punto andaba en lo cierto.
Si no hay un cambio de rumbo y se cumple lo pactado entre el presidente de la Generalitat y el magnate de la Fórmula 1, el mayor espectáculo automovilístico del mundo llegará a Valencia en 2008 y no tendrá como escenario el circuito Ricardo Tormo, sino un trazado urbano que discurrirá por la zona marítima que tanto sedujo a Ecclestone. Será el segundo Gran Premio de estas características en el calendario de la Fórmula 1, junto con el de Montecarlo.
La idea se gestó en la visita de Ecclestone al puerto de Valencia. El empresario británico quedó fascinado por el embrujo de la Copa América, las infraestructuras del recinto portuario y su capacidad para la recepción de megayates y embarcaciones de lujo. ¿Por qué llevar la Fórmula 1 a un circuito más cuando existe la oportunidad de vender "el secreto mejor guardado del mundo", como definió Ecclestone a Valencia? La posibilidad de configurar un trazado urbano agrada a todas las partes. El presidente de Formula 1 ve saciada su hambre de glamour y Camps logra mostrar a millones de telespectadores de todo el planeta los encantos de la fastuosa Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Aunque todavía quedan muchas reuniones por delante, el circuito urbano que proyectan Camps y Ecclestone partiría del mismo puerto. Ahí estaría la línea de meta. En la zona norte se emplazaría el paddock y la gran curva que permitiría regresar al litoral coincidiría con la rotonda situada frente al Corte Inglés de la avenida de Francia. Tampoco se ha descartado prolongar el recorrido hasta el Parotet, lo que permitiría adentrarse aún más en el entorno de la majestuosa obra de Calatrava.
Una vez reemprendido el camino hacia el puerto, los monoplazas correrían paralelos al viejo cauce, donde se ubicaría una gran tribuna para que el público pudiera seguir la carrera desde un puesto de privilegio. El Gran Premio discurriría en este punto junto al espacio que actualmente ocupan los depósitos de hidrocarburo de la compañía CLH, que deben ser desmantelados para permitir la construcción de viviendas y nuevos viales.
Los primeros informes técnicos avalan la iniciativa. El trazado propuesto por Ecclestone reúne las condiciones exigibles para albergar una carrera de F1. Tendría una longitud de 4.100 a 4.300 metros, frente a los 3.340 de Montecarlo, el circuito con el que guardaría mayor similitud.
(Artículo publicado en LAS PROVINCIAS el 28 de mayo de 2006)

Cómo seducir a un multimillonario

Cada paso estaba milimétricamente calculado. Nada se dejó en manos de la improvisación. Cuando viajó en febrero a Londres para seducir a Ecclestone, Francisco Camps sabía que jugaba a caballo ganador. Antes de ese mediático encuentro, lejos de las cámaras de la televisión ya se habían producido fructíferos contactos.

El Consell sabía que sobre la mesa de Ecclestone se acumulan decenas de solicitudes de ciudades que aspiran a obtener un Gran Premio. Lo importante era, por tanto, ser capaz de llamar la atención del magnate, hacerle entender que la propuesta de Valencia no debía acabar en un cajón como tantas otras. Fuentes próximas a la negociación recuerdan que Zaplana ya trató de alcanzar un acuerdo con Ecclestone durante su etapa como presidente de la Generalitat y la reunión entre ambos apenas duró diez minutos.

Esta vez el Consell entendió que el camino más largo era en realidad un atajo y, en lugar de ir directamente a por la Fórmula 1, ofreció el Ricardo Tormo como circuito de referencia para impulsar la GP2. Esta categoría, considerada la segunda división del automovilismo mundial, es actualmente uno de los puntos débiles de Ecclestone, quien quiere a toda costa potenciarla como trampolín inevitable para cualquier piloto que desee tocar el cielo de la Fórmula 1.

Pero la GP2 carece, lógicamente, del poder de la categoría reina. Por eso ningún circuito del mundo está interesado en acoger sus carreras salvo que sean teloneras del gran espectáculo que garantizan los Alonso, Raikkonen o Schumacher. Ninguno excepto Cheste, que se ofreció para albergar de forma inmediata la GP2 a la espera de que el sueño de la Fórmula 1 se hiciera realidad.

Ecclestone aplaudió el gesto, dio a Valencia la apertura del Mundial y visitó la ciudad para evaluar cuándo recibiría el premio que en realidad buscaba. Entonces vio el puerto y tomó la gran decisión.

(Artículo publicado en LAS PROVINCIAS el 28 de mayo de 2006)