El humo de la Copa

Víctor Espárrago temía más a la prensa que a cualquier avispado ariete rival. En una de sus cíclicas crisis con el gremio de la información, definió a los periodistas como un mal necesario. No pensó en que esa misma etiqueta puede colgar de la americana de los técnicos. También de la taquilla de los futbolistas. Como mínimo son unos aguafiestas.

Pasará tiempo hasta que el olvido sepulte la vergonzosa manera en que el Valencia arrojó al retrete la Copa más asequible en muchos años. La obsesión por el reparto de esfuerzos físicos acabará inmolando el espíritu del fútbol. Renegar de las rotaciones sería de locos si se quiere llegar con fuelle a mayo. Pero convertir un centenario torneo en banco de pruebas para la revolución permanente es despreciarlo.

Emery demostró no querer la Copa desde el minuto uno de la eliminatoria con el Deportivo. No contento con el fallido experimento táctico de Mestalla, atiborró de potingues los tubos de ensayo en Riazor. Del mejunje surgió la más inimaginable de las alineaciones. Remató la faena con una empanada mental en los cambios. Por mucho menos, Guardiola pidió perdón. El vasco, lejos de entonar el mea culpa, deslizó una velada crítica a sus pupilos. Actitud cobarde, pero no injusta, ya que alguno de los tristes protagonistas de esta afrenta debería pagar por jugar en el Valencia. La relajación de la segunda parte ante un equipo zaherido por las bajas roza lo indecente.

Si la Copa no interesa, que nos lo digan a todos. A los 25.000 ingenuos que cambiaron el calor familiar del día de Reyes por el frío de Mestalla para regresar a casa abochornados y con cara de lelos. A los del mal necesario, que compramos el humo que emanaba de la sala de prensa de Paterna y lo revendimos inoculando en la afición el virus de una ficticia ansia de remontada. Y también a quienes en el descanso de la chapuza de Riazor hacían la ola y terminaron sin ganas de cenar. Mejor haber ido al cine. Era el día del espectador y en toda la cartelera no hay película tan patética como la que rodaron en La Coruña los comicastros blanquinegros.

(Artículo publicado en LAS PROVINCIAS el 17 de enero de 2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario