Un café con mala leche

Una frase ilustra por sí sola toda la demencial historia contemporánea del Valencia. «A Cristiano Ronaldo le faltó menos de lo que vale un café para venir (a Mestalla)». La pronunció Juan Soler en una entrevista concedida en abril de 2007 a LAS PROVINCIAS. Tan aventurada afirmación, que el tiempo convertiría en vox pópuli por su condición de sandez superlativa, representaba en sí misma una bomba de relojería, no tanto por la hilarante verborrea del presidente como por lo seguro que estaba de sus palabras.

Con el entrevistador y la grabadora como únicos testigos, Soler adornó el irracional discurso con esa media sonrisa que sólo dejaría escapar un mal jugador de póquer. Y acto seguido desgranó ufano los entresijos del no fichaje del luso, por quien se creyó en posición de pagar 50 millones de euros. Cristiano Ronaldo: la penúltima pieza de la colección de castillos en el aire de don Juan, por detrás de Figo o Porchinos, por delante del nuevo estadio.

El constructor fue soberano en un reino de fantasía y así le rodaron las cosas. Pero no vivió solo en su mundo irreal. Dos años después, mientras él buscaba desesperadamente la salida de emergencia, sus herederos Soriano y Villalonga ofrecerían en Londres a Mourinho el banquillo de Mestalla. No quiero imaginar la pasta que pensaban soltar o el señuelo de descabellados fichajes que habría sido necesario para atraer al caprichoso portugués. Ninguno de los dos empresarios sospechaba que unos meses más tarde el Valencia dejaría de pagar a la plantilla, el ruido de máquinas se apagaría en la avenida de las Cortes y los periodistas deportivos harían cursos acelerados sobre los entresijos de la ignominiosa ley concursal.

La miseria actual es el fruto de tanto delirio de grandeza sin fundamento. El Levante ofrece un ejemplo cercano de cómo le cambia la vida a un club con la llegada de gente seria. Hará bien el Valencia en fijarse en el vecino pobre al que históricamente mira con desdén. Ah, y en agradecer que Soler no pagara aquel café. Ahora tendríamos que ir a Orriols para ver fútbol de Primera.

(Artículo publicado en LAS PROVINCIAS el 20 de junio de 2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario