La hora de vender

No resulta fácil decir «vete» cuando lo que querrías oír de tu propia voz es un «quédate para siempre». Pero en un mundo como el del fútbol, donde sentimientos y negocio caminan de la mano, hay que echar hielo al corazón en la toma de decisiones. Tan importante es comprar bien como vender en el momento oportuno. Y ha llegado la hora de agradecer a Villa los servicios prestados y (duele hasta pensarlo) desearle suerte en otro club. Llorente lo sabe, Fernando también y la afición debe entenderlo. Hay que cuadrar las cuentas.

Pocos fichajes en la historia del Valencia han sido tan rentables como el del asturiano. Los doce millones que costó su traspaso suenan hoy a chascarrillo de taberna y eso figurará de por vida en el haber de su mentor, el denostado Subirats. Aunque en 2005 ya no había que ser Nostradamus para descubrir a Villa, alguien tenía que gritar «tierra a la vista» en uno de los contados pasajes de lucidez del gobierno de Soler.

El asturiano se ha agigantado. Son 144 sus goles en 234 partidos con la blanca y con la roja. Eso se traduce en triunfos, pero también en términos económicos. Villa ha cuadruplicado su precio. Aquel chico de Tuilla que llegó a Mestalla con 23 años es hoy el mejor ariete de Europa, el hombre capaz de levantar con fútbol la losa mediática de Raúl para convertirse en el siete de España, el genio con quien fantasean los talonarios del continente.

Nadie puede reprochar a Villa su fidelidad. Sólo entró en el juego del galanteo con Madrid y Barça cuando el Valencia le planteó irse como último gran servicio a un club arruinado. Abortado el traspaso, tuvo la hombría de regresar a casa sin rechistar y ahora tira como nadie del carro. La jugada de Llorente, pese a las reservas de su entorno, fue maestra. Mestalla jalea un año más los goles de Villa, su precio en puertas de un Mundial sólo puede crecer y el Valencia presume de ser él quien decide cuándo y por cuánto vende a su estrella. El próximo verano... y por un potosí.

(Artículo publicado en LAS PROVINCIAS el 1 de noviembre de 2009)

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