Un día para la nostalgia

Amarga efeméride. Hoy se cumplen nueve años de aquel penalti maldito que nos dejó huérfanos en Milán, del desgarrador lamento de Pellegrino, de la eufórica celebración puño derecho en alto del estrafalario Kahn. La Champions viajó a Múnich la infausta noche del 23 de mayo de 2001 mientras la afición española, roída por una decepción infinita, emprendía el retorno por la calle de la amargura. El Bayern se llevó ese asalto, pero no desposeyó al Valencia de su rol de grande de Europa. El respeto labrado con tanto ahínco no podía desvanecerse desde once metros.

Aquel equipo solemne, que había empezado a crecer años atrás de la mano de un endiablado Claudio López capaz de sonrojar con sus tropelías al cómico Van Gaal y su adlátere Mourinho en Barcelona, vivía la edad de oro. Y la bonanza se prolongaría hasta que el croché de David Navarro en el mentón de Burdisso, en una incandescente velada de fútbol-boxeo en Mestalla, anunció el albor de la decadencia.

El hado que teje el destino se maneja con maquiavélica mofa. Bayern, Inter, Van Gaal, Mourinho... Testigos hace cuatro días del mejor Valencia de la historia y protagonistas anoche de la final del Bernabéu mientras la apocada afición blanquinegra aún digiere el desencanto de ver al ídolo Villa enseñorearse del Camp Nou.

Pero es lo que hay y aceptarlo facilitará la reconstrucción. Soler hirió de muerte al Valencia y en lugar de médicos acudió en su auxilio un curandero cuyo método alternativo sólo prolongó la agonía. Con Bancaja y Llorente llegaron por fin los cirujanos y la venta de Villa ha sido la primera dolorosa amputación para salvar al club.

El Valencia continúa en estado crítico y ahora mismo nadie adivina hasta dónde habrá que cortar. Los 40 millones de Villa no dan la supervivencia, pero sí algo de tiempo para pensar. Ya no hay tanta prisa. Quien quiera a otro intocable, llámese Silva o Mata, tendrá que ganárselo, aunque ayudaría que Fernando colocara en los bajos fondos del fútbol a alguno de esos paquetes que otros trajeron y que maman de una teta ya demasiado flácida.


(Artículo publicado en LAS PROVINCIAS el 23 de mayo de 2010)

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